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30.1.09

¿Por qué gritan los corredores de bolsa?

Por Eduardo Méndez Sánchez

BBC Mundo, uno de los websites informativos más visitados y prestigiosos del mundo, mantiene una cobertura impecable de la crisis financiera mundial. Pero, como es habitual en el portal británico, no se limita a responder el qué sino a mostrar todos los ángulos posibles de la noticia para comprender mejor el contexto económico.

Los inversionistas no están fuera del público al que llega BBC y por ello el medio on line decidió aclarar en “¿Cómo funcionan las bolsas?” los aspectos clave sobre el funcionamiento de los mercados de valores; aquellos que “la mayoría de la población no usa a diario pero que acaban afectando su vida cotidiana”.

Una de las preguntas que responde BBC es a qué se debe el griterío espectacular que montan los corredores de bolsa en todos los mercados del mundo. El bullicio no es algo que venga relacionado con la idiosincrasia del corredor; el japonés y el británico gritan tan duro como el italiano, el estadounidense o el venezolano.

BBC Mundo explica que los parqués de los mercados de valores están repletos de individuos chillones y estresados, de aspecto preocupado (basta con ver las fotografías que han acompañado a los titulares económicos de las últimas semanas para comprobarlo). Gritan porque están trabajando en “corros”, un sistema de contratación de viva voz que se da en grupos, repartidos por el salón de la bolsa. En la bolsa de Nueva York, por ejemplo, cada corredor lleva una chaqueta de un color particular que identifica a la compañía para la que trabaja.

Los corredores de bolsa son mediadores financieros, que en la actualidad suelen trabajar para Sociedades y Agencias de Bolsa. Cuando se abre la sesión, empiezan a gritar lo que sus clientes quieren comprar y a qué precio, mientras otros gritan lo que sus clientes quieren vender y por cuánto. Obviamente, todos quieren conseguir el mejor precio.


Entre tanto ruido, muchos se comunican con gestos, de ahí los aspavientos…

A lo largo del día los corredores de bolsa reciben muchas órdenes de compraventa por parte de las compañías a las que representan, de ahí la presión y las consecuentes caras de preocupación. El analista David Schehr resumió así el buen quehacer del corredor de bolsa: “Para hacer dinero en el day-trading se necesita la combinación de un doctorado en matemáticas, el tiempo de reacción de un piloto de combate y la estabilidad emocional de un negociador de rehenes”.

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